El gato marrón y negro sigue viniendo a casa a pelear a Lennon. Baja el tapial y lo espera agazapado sobre el pasto. Tiene el pelo largo, sin brillo, es viejo, reo y tiene tanta noche encima que da ternura. Con Mili decimos que es el Bukowski de los gatos. Lennon es la paz, como si el nombre lo hubiera predeterminado. Así y todo con Mili vemos lindos a los dos, a Lennon porque es nuestro y a Bukowski porque es tan feo tan feo que es hermoso. En fin, Lennon tiene la pata hinchada otra vez, de la paliza que le dio Bukowski.
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