Aunque recurra al amor como estrategia para tratar el tema, lo que me interesa es el tiempo. El tiempo es el gran vector de lo que escribo: el tiempo y la muerte, el tiempo y la distancia, la lucha y el tiempo, el tiempo y el olvido, la hipocresía y el tiempo, etc. Por eso no me interesa escribir sobre amores no correspondidos, y me desquician los lamentos solitarios de amor. El gran tema es el tiempo y sólo puedo llegar a él a través de los otros ejes que lo cruzan. Así que por eso cruzo esos ejes. Para tener la ilusión de que toco, con la punta del lápiz, una milésima de segundo.
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