Yo, que una vez fui invencible,
y abrí el viento en dos para tender la mano,
y veneré las palabras y los relámpagos,
y comprobé cómo es de roja la primera estrella
cuando la tarde cae entre dos cuerpos
que se besan mordiendo la luz,
cuando la tarde cae entre dos cuerpos
que se besan mordiendo la luz,
me pregunto:
¿Entenderán lo que digo
con esta boca petrificada?
Tiempos hermosos.
ResponderEliminarTiempos de amor y pasión...
Aunque ellos, en realidad nunca terminan.
Siguen ahí.
Haciendo de las suyas en el corazón.
Gusto de estar en tu blog.
Bellas letras.
Que tengas un gran día ✏
Un saludo, Iván.
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