Ayer llovió tanto que tuve que cerrar la ventana para que no se mojara el escritorio. Lo bueno es que hoy cuando fui al jardín, vi la maceta donde planté acelga y los brotes crecieron durante la noche. Ahora tienen 1 cm casi todos, salvo los que quedaron debajo de las tres huellas de las patas de Roma que se subió a la maceta para ladrarle al gato (de tan feo es hermoso) que viene pelear a Lennon. Una maceta con tres pozos de patas y dos hileras de acelga creciendo. Lo imperfecto es maravilloso.
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