Desde hace días pienso en el humor en la poesía, en el tajo que abre la ironía en el poema, y en ejemplos de poemas donde se visualice ese "por favor no sufran más/ me cansa" del que habla un poema de Irene Gruss. Los recorro con la memoria y me río. Me gusta pensar que la poesía es, además de temblor, una sonrisa cómplice en medio del tumulto.

AMANDA

Después de casi un año de esperarnos, el 11 de Octubre nos volvemos a juntar para escuchar poesía. En "Ceres", Bella Vista, con cafecito, tortas riquísimas, música y fotografía. Todo para nosotros. Agendá y vení, que este ciclo de poesía lo hacemos entre todos.

Noelia en la tarde

Ayer vino a visitarnos al taller de poesía que estamos haciendo en la librería Saint Exupery, la poeta Noelia Palma. Fue una tarde mágica, de esas que se guardan para siempre. Como ciertos gestos, como ciertas voces. Gracias, Noelia querida, por tu generosidad y tu palabra.

Presentación de Obertura, Rapsodia de Voces, Edición aniversario de El Mono Armado. en la sala Julio Cortázar, Biblioteca Nacional.

Un sueño que se volvió poesía

Para todos los que me preguntan cuándo vuelve el ciclo de poesía, para los que quieren venir por primera vez, para los que ya saben de qué les hablo, para los que no tienen ni la menor idea pero sienten curiosidad, les cuento, con enorme alegría que empezamos nuevamente con el ciclo de poesía. Este año, estaremos a cargo de la  del ciclo Paula Salmoiraghi y yo. El lugar es maravilloso. Gracias a Ceres de Bella Vista por cedernos el espacio para que podamos leer poesía, compartir un café, ver y oír lo que nos gusta. Contaremos con un espacio fotográfico a cargo de Karina Giglio y música en vivo a cargo de César Jorge y artistas invitados. Todo en ese lugar mágico de Bella Vista. A partir del 11 de Octubre, todos los segundos domingos de cada mes, de 16 a 19 horas. Te esperamos.

Este viernes

Ha sido un honor que me incluyeran cuando yo aún no formaba parte de los autores de la editorial, como poeta invitada en esta antología, que celebra los 10 años de El Mono Armado.

Hojas libres

Fresno y jazmín del país.

El fresno tendría las ramas sin hojas si no fuese porque lo atrapó un jazmín del país que subió directamente desde la reja que da a la vereda, se enredó, se enredó, se enredó, y ahora florece alto y blanco sobre las ramas negras.

Café y poesía

El 18 de septiembre, a las 18 horas, estaré leyendo algunos poemas en el Café Literario Anual organizado por el Instituto Superior de Formación Docente Leopoldo Marechal, en el Salón Municipal León Gallardo de San Miguel. Quedan todos invitados.

Se viene el VII Festival

AVISO VECINAL

Como diría Tato, mis queridos chichipíos, la neurona atenta que hoy hay taller de poesía en Libros Saint Exupéry. Nos vemos a las 16 horas, con inscripción previa y mate para compartir.

De a poco fuimos adormeciendo todos los vientos y los tallos de las flores. Fuimos haciendo silencio bajo las nubes. Olvidamos los cantos. Intentamos vivir con alegría. Como quien se viste de terciopelo negro para probar la tristeza. 

Raúl Artola, texto de contratapa "Del otro lado de la noche".

Yo, inmensamente agradecida.

Pronto.

Por estos días, sobre la mesa de luz, tengo la poesía de Orozco, la de Luy, un ensayo de Tamara Kamenszain, un librito de poesía alemana que conseguí el lunes a $4,90 con una etiqueta que dice "libro deteriorado", editado en 1953 y al que le tuve que separar las hojas porque estaban unidas, la poesía de Jotaele Andrade. Leo alternando, elijo, me río de la mezcla, cambio el ritmo de la respiración entre uno y otro, me apuro, me calman, oigo todas sus voces adentro de la casa, festejan, putean, se silencian, cantan. El día que lea sin este hilo rebelde y revoltoso voy a saber que envejecí.

donde septiembre quiere

De los 4 libros que mandé por Correo Argentino el 12 de agosto, llegó sólo uno. ¿Quién abriga a los libros que de noche no llegan a casa?

Acaso lo más surrealista de hoy haya sido la vuelta a casa en colectivo, un viaje de una hora, leyendo a Olga Orozco, y ver a cuatro mujeres viejas -segundo, cuarto asiento, dos de a pie pero agarradas con sus manos gruesas al pasamanos-, parecidas a Orozco, con sus rulos cerrados, las marcas en la cara de haber vivido mucho, las bocas con sus gestos entre generosos y despectivos -todas las mismas bocas, el mismo mundo-, mirándome leer como si no importara.

Volví a enamorarme de Olga Orozco.