viernes, 4 de enero de 2019




Vi los cuervos  cortar el aire 
del cementerio Pere Lachaise.

Aprendí.

Me dije: puedo hacerlo.

Frente al espejo,
con los dedos me alisé el cabello
y usé la tijera
con la misma determinación
con que los cuervos 
pasan de lápida en lápida.






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