Vi los cuervos cortar
el aire
del cementerio Pere Lacheise.
Los estudié.
Me dije: puedo hacerlo.
Frente al espejo
me alisé el cabello con los dedos
y usé la tijera
con la misma determinación
con que los cuervos
pasan
de lápida en lápida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario