¿Te acordás cuando tu mamá te llevaba al local de Bonafide, cuando Bonafide era el de antes y sentías ese olor tan rico y veías los caramelos que ponían en los escaparates transparentes y pensabas cuándo será el día que pueda quedarme acá durante toda la noche, sin que haya nadie para comerme todos los chocolates y todos los caramelos? Bueno, así estuve yo, con la felicidad de estar sola en Bonafide, anoche, en la primera clase del profesorado de Lengua y Literatura.