La rama de frambuesa que me regaló Paula se secó. Sé que voy a dejar durante un tiempo largo el palito que quedó, a ver si brota. No puedo sacarme la esperanza de ver, una mañana cualquiera, una sorpresa verde. Lo mismo voy a hacer con el palito de la que iba a ser una hiedra. Las demás ramas que me regaló, prendieron todas. Ahora tengo que ver cómo voy a hacer para desenredar de la reja las hojas verdes con manchas amarillas de la hiedra que creí iban a crecer y dónde guardar, en qué frascos guardar, todas las frambuesas que iban a madurar al sol, terriblemente rojas.