lunes, 28 de agosto de 2017

Noelia Palma


                                                                                                                        a Valeria Pariso


Ahora estamos para siempre vivas.
Cuando éramos hermanas nos prestábamos los zapatos
y llorábamos en la foto del padre
después de la cena cuando mamá
ya dormía.
Supongo también que vivíamos
en el campo. Las afueras
de algún país que ahora es demasiado lejos
las vacas y caballos alrededor del sol
a las 5 de la mañana.
Seguro eras vos quien criaba pollitos
pero no lo volverías a hacer
porque ahora sabés que terminan
gordos en la parrilla con papas.
¿Y antes? Digo, antes de la vida anterior
y la anterior a esa. ¿Habremos
sido perros callejeros?
¿Habremos mordido los tobillos
de quien apenas tiraba un hueso?
¿Habremos vivido en China, en Nueva York, en España?
¿Qué formas de la vejez tuvimos?
¿Qué libro maravilloso nos dio una pasión?
¿O estuviste conmigo mientras me encerraban en el calabozo porque quería escribir
y las mujeres solamente
se dedicaban a amar?
¿Te ayudé a parir en medio del dolor
gritando y sonriendo?
Todo lo que sé es que ahora
estamos para siempre vivas.
La reencarnación tiene estas cosas.
Algunos libros, animales de campo,
calabozos, heridas,
siglo XVIII y sus vestidos con enaguas.
Algún amor prohibido
o el dolor de no saber amar lo suficiente.
Supongo que la vida hace estos enredos.
Y como ahora
siempre nos unirá el misterio.

Noelia Palma

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