Mi más querido:
corrí sobre una superficie helada.
Tengo el vestido roto, si me vieras.
Hay marcas de mis manos
sobre todas las puertas.
Ya no recuerdo los nombres ni los números.
Ni cómo te llamabas, ni cómo me decías.
Sobrevivo como algo interminable.
Tengo una paz fundada en la certeza
de que es imposible que me encuentres
y me veas en estas condiciones.
Mi más querido,
mi ofrenda es lo que queda en tu memoria.
Ahora ya no sé volver a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario