Alguna vez saldremos de aquí,
de esta parte del mundo sin palabras,
de lo que roza la espalda y aún se esconde.
¿Pero qué haríamos sin nuestros muertos?
¿Qué podríamos sin ellos,
con lo mucho o poco que nos queda?
Ni la mudez ni la presencia anuncian nada,
solo son atajos frente al día.
Una excusa para evitar aguas que desbordan,
un respiro antes de la tormenta.
¿Porque "qué espíritu protege lo que cae" *
ante la insistencia de lo que vendrá?
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