Vuelvo al
patio y levanto
los
pétalos caídos de los malvones rojos.
Hubo
viento.
Yo amo al
viento por sus alas.
No puedo
tirar a la basura
las flores
que cayeron.
Las pongo
entonces con
ternura
sobre mi mano abierta.
sobre mi mano abierta.
Las
acomodo con forma
de sol y
siguen rojas.
Ahora
Ahora
soy una
mujer triste
con un
jardín en la mano.