Anoche me fui del cuarto más íntimo. Salí desnuda, fría como
un animal blanco. Para tomar coraje repasé las palabras que no fueron dichas. Miré con
ternura lo que me había dolido. No fue fácil pero qué hermoso. Puse mi boca sobre los mejores momentos y me
armé un recuerdo que pudiera habitarse. Es inútil la ausencia.
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