Árbol del misterio, no voy a devolverte las camelias blancas.
viernes, 24 de agosto de 2018
Alucinábamos un vacío patético. Alucinábamos el ejercicio carcomido
de la espera. Alucinábamos el hambre, la
helada. Alucinábamos, también, la muerte, el olvido. Porque nos teníamos.Eso era real.
Valeria, he pasado por tus bellas letras. Felicitaciones linda. Gracias porque en algún momento también tu me visitaste.
ResponderEliminarMuchas gracias, Francisca.
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