Es muy loco porque anoche soñé con tres versos. Ni bien me desperté fui a buscar dos libros donde pensé que podían estar: el de Juana Bignozzi y el de Alda Merini. Estaban en el de Bignozzi, en "La ley tu ley":
Ya nada puede
exigirme el silencio
ni pedirme
pulcritud en la evidencia
he pagado con
tiempo y con muerte
Cuando leí los tres versos, que forman un poema breve, supe que ahí estaba el epígrafe de El castillo de Rouen.
Oh, sí, la poesía es mi dios.
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