Sillas, mesas, lámpara de pie, teclado, guitarras, micrófono, todo afuera, sobre el patio delantero de Bok og Kaffi, la librería más genial del conurbano. Así leímos, cantamos, hicimos la ofrenda de dar y recibir bajo las estrellas, en esto que dimos en llamar una posta poética de provincia. Casi sobre la vereda. Casi en el límite entre la realidad y lo mágico (quienes vinieron saben por qué), la poesía ocurrió para curarnos de todo. Gracias, viajeros, por la noche de ayer.
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