Ya tengo los 40 poemas que forman
el nuevo libro. Sé cómo van ubicados uno detrás de otro. Tengo el prefacio. Me
falta el título. Hace tiempo que no encuentro el título. Suele pasarme esto con
frecuencia: no me convencen las palabras con las que se nombran algunas cosas.
Encuentro muchas opciones y todas me gustan y ninguna me gusta. Una palabra
bien puesta puede definir la mirada. Todavía no la encuentro. Hasta ahora
tanteo, hago listas, las pruebo, me quedo con una y la escribo en la primera
hoja. La dejo unos días para que se asiente. Luego la quito porque ya no tiene
sentido, ya no me convence. Pongo y tacho. Estoy segura y me arrepiento. Es y no.