Lo veo: el hombre sentado en la plaza
sube a su cuello las dos patas delanteras del perro.
El perro no le tiene miedo. Están ahí: cara con cara.
El perro no le tiene miedo. Están ahí: cara con cara.
Los dos abandonados se abrazan.
En silencio se abrazan.
En silencio se abrazan.
Hay dolor de huesos, de hembras.
En el amor a los dos los mordió el hambre.
En el amor a los dos los mordió el hambre.
No hay nada más animal que la belleza.