sábado, 29 de septiembre de 2012
Saber no sirve - me dice Vicky
mientras se pinta los ojos de negro-
yo no quiero saber nada,
fijate, ahora decís: "cuidado,
que hay bocas que duran poco tiempo",
para qué quiero saberlo,
si en lo único en que modifica
mi conducta de ésta tarde
es en que después de unas horas
cuando me suba al taxi de regreso,
de su casa a la mía o del hotel a mi casa,
no sé dónde terminaremos,
si no quiere que hablemos de los sueños,
y tampoco quiere verme en su silencio,
y me dice "te pido un taxi",
y le digo "como quieras",
en lo único en que cambia, date cuenta,
es en que cuando me cruce
el cinturón de seguridad hecha una lágrima,
me dé la cabeza contra el vidrio
llorando por saberlo desde antes.
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... hay bocas que duran poco tiempo (...) / me cruce/ el cinturón de seguridad hecha una lágrima...¨. La objetividad acompaña siempre tus versos poeta, pero en éstos invade sin igual una atmósfera lírica que a cualquiera le será difícil emular. ¡Celebraré siempre tu poesía!
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