Estos no son nuestros perros. Nuestros perros están llenos de amor. Corren agradecidos sobre la gran belleza del mundo. Ladran en un idioma que entendemos. Lloran su hambre como bebés desnudos adentro de la noche pero si los acariciamos ven al alimento y creen en nuestras manos. Estos no son nuestros perros. Me alejo por miedo a entrarlos en casa por error.
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