sábado, 6 de abril de 2019

Ayer



Ayer, mientras volvía para tomar el tren en Federico Lacroze, alguien me llamó por mi nombre. Me di vuelta. Sí, le dije. Una chica hermosa me sonrió con alegría. Se dio cuenta de que yo no la conocía. Soy Vera, me dijo. Volvió a sonreír. Y recordé a Vera de facebook, y dijo qué bueno encontrarnos en la vida real y dijo unas palabras que me guardo sobre mi escritura. 
Entonces sentí que todo estaba bien, que la vida es puro equilibrio en un hilo de fuego y que seguimos acá, agradecidos, balanceándonos.
Gracias, Vera, gracias por tu mirada atenta, por llamarme, por haber hecho posible ese encuentro.
Pura celebración.



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