Vinieron envueltos en una bolsa de papel verde, con una blonda blanca y un broche de madera en miniatura. Claudia Gustinelli, que participó del taller de poesía 2017, trajo de regalo para cada uno, estos frutos de un liquidámbar de su jardín. Los recolectó, los agrupó y los convirtió en ofrenda. Poesía en estado de naturaleza.
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