"Uva negra" y "Mascarón de proa", ambos inéditos, tienen algo en común: una necesidad narrativa. Desde el primer poema hasta el último, hay una trama que se desarrolla, una unidad temática que sirve de eje. Personajes primarios, secundarios. Como todo quiebre frente a la propia escritura, eso me provoca inseguridad. Pero desde la placidez y sin riesgo, qué se puede escribir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario