En medio de esta tristeza donde las palabras se me repiten adentro diciendo ay, Dios mío, se murió Inés, se murió Inés, en medio de eso, de ese espanto, algo se interpone en mi tristeza y dice bendito el día que cada uno de nosotros la conocimos, benditos los abrazos, las manos tomadas, las palabras dichas, la forma de mirarnos, lo que nos enseñó, los gestos de amor inolvidables. Somos unos afortunados, somos muchos y muy afortunados, nosotros conocimos a Inés.
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| Foto de Mayo de 2013 |
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