martes, 23 de septiembre de 2014


Como si abrir la puerta
fuese
el último miedo de la noche.
Y las manos
temblaran
intuyendo lo fuerte
que está del otro lado.
Un umbral feroz
y el valor para abrir
lo que la puerta  empieza.
Como quien abre un cuerpo.
El mundo en esa puerta.
Y el viento no existiera.




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