Como si abrir la
puerta
fuese
el último miedo de
la noche.
Y las manos
temblaran
intuyendo lo
fuerte
que está del otro
lado.
Un umbral feroz
y el valor para abrir
lo que la puerta empieza.
Como quien abre
un cuerpo.
El mundo en esa
puerta.
Y el viento no
existiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario