lunes, 22 de septiembre de 2014

Agradecer la calma.
Esta calma tan suave que dan ganas
de dejarse caer.
Y caerse.
Y soltar el cansancio
de haber soñado tanto.
Y dormirse sin sed.
Honrar la calma entera.
No doler. No soñar. No esperar.
Ahora que es posible.
Que parece posible.
Que ya está.


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