viernes, 8 de abril de 2022

 

Hace frío, creo que hace frío.
Son altos mis umbrales del dolor
y sin embargo, el desamor los ha tocado.
Copio lo que aprendí de Gunda,
tan alegre, tan buena perra:
frente al dolor permanece inmóvil.
Yo la observé:
Gunda cuando está herida parece muerta.
Gunda no ladra, no come,
no toma agua siquiera.
Busca asilo en la sombra,
con la pata abre la puerta del silencio.
Duerme mucho.
Cada tanto me mira
desde un lugar que ambas conocemos,
y echada sobre su manta tibia,
confía en su tiempo,
espera.



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