domingo, 16 de diciembre de 2018


Era de noche, sábado, un frío tremendo, el metro se detuvo una estación antes de llegar al Arco del triunfo y nos bajaron a todos porque (esto lo entendimos después) los chalecos amarillos habían tomado las calles. Corrimos entre la gente, no conocíamos el lugar, se escuchaban disparos y gritos.Qué misterio el cuerpo: por instinto debí haberme asustado pero pudo más la alegría de darme cuenta de que estaba parada en medio de un hecho histórico.


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