sábado, 10 de noviembre de 2018


Ayer después de recibir la trilogía, me puse un vestido floreado y me fui a festejar sola. Busqué un lugar lindo para comer, me senté y pedí una ensalada que no sé hacer en casa: kale, humus y palta. Volví a pensar en que la trilogía ya estaba en mi casa. En que Rubén la editó exactamente igual que como la soñé. Lloré de felicidad. La moza entendió que no lloraba por algo triste, y me sonrió. Está tan rico el kale, le dije, me gustan estas verduras, igual que la rúcula, la achicoria, la radicheta, son todas especies parcas, duras, difíciles, como yo, tan amargas.



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