El lugar que imaginé durante años, existe. La habitación sobre la arena, con grandes ventanales al mar, existe. Sin calle de por medio, la casa sobre la playa. Una playa sin turistas, con pescadores sobre las piedras, con teros cruzando la tarde, con perros saltando las olas. Existe, estuve ahí dos días con sus noches, vi y oí desde la cama, la espuma blanca y las olas rompiéndose. Qué felicidad conocerte Santa Clara del mar.
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