domingo, 28 de febrero de 2016
sábado, 27 de febrero de 2016
jueves, 25 de febrero de 2016
miércoles, 24 de febrero de 2016
Haber visto, en enero, las lilas florecidas. No reconocerlas hasta que alguien dijo sí, estas flores son lilas. No ver con claridad porque las lilas de Alejandra siguen buscando un lugar donde unir el miedo y la belleza. Vi lilas florecidas, y tan cerca estaba mi corazón, que no tuve tiempo de correr.
lunes, 22 de febrero de 2016
martes, 16 de febrero de 2016
Regalitos recibidos
(Una de las fotos de "Del otro lado de la noche" que me envió una lectora que vive en España. ¡Gracias, Montserrat!)
domingo, 14 de febrero de 2016
viernes, 12 de febrero de 2016
Reseña de Hilda Guerra sobre "Paula levanta la persiana"
Levantar la persiana nos puede traer a la conciencia el sol en la vereda de aquella vez que se derretía el helado y disimulábamos el manchón. La noche con todas sus acechanzas. La tragedia de un asesinato a la que no fuimos invitados. La fiesta con sus máscaras de misterio o sencillamente hacer entrar el viento, la brisa, para comprobar que una semilla puede ser trasportada al lugar del equívoco.
Poesía intimista la de Pariso; muestra con timidez el desánimo de saber que hay juegos que nunca le serán permitidos y la incógnita: no sé qué querrá la muerte cuando me encuentre.
Lo social abroquelado en la confidencia de una esquina y un Juan (Juan Nadie) al que lo denunciaron por peligroso y se lo llevaron con sus dibujos en la libreta ¿dónde?
Esa sensación recurrente de quedar afuera porque no alcanzan las manos para sostener la persiana y vislumbrar el permiso del recreo. El deseo y espanto a la vez por dejarse llevar por las emociones de una lluvia refrescante y el temor a caer en una alcantarilla con ratas.
El sortilegio del amor, sus desventuras: la sed; el morirse de sed y desconfiar del agua y la certeza de que el amor está y de nada sirve tener el mejor cuaderno de clase. Él encuentra al que se atreva a vivirlo.
Hilda Guerra
jueves, 11 de febrero de 2016
POESÍA EN CASA (TALLER DE POESÍA)
En Abril o Mayo arrancamos con el taller de poesía en Libros Saint Exupèry de Bella Vista, PERO en MARZO se inicia:
miércoles, 10 de febrero de 2016
Advierto que las
cosas se movieron. El corazón hace ruido entre los huesos. Puedo oírlo a la altura
de las manos. El corazón palpita como un pájaro, en dirección al suelo. Las cosas se movieron
de la misma manera que puede moverse un recuerdo, o un presagio. En un tiempo se verá la
cicatriz: ahora es tajo. Siempre es polvo y luz lo que
cae entre las cosas y el olvido.
lunes, 8 de febrero de 2016
Oh, el precio de no haber atendido las señales, de no haber hecho caso a la forma en que la primera mirada hizo temblar el vidrio que separaba los cuerpos, los gestos que anunciaban la traición estuvieron sobre el mostrador, pero la mano insistió en poner una flor ante la duda.
Sobre el ruido del mundo el perro de la confianza aguanta el azote.
Sobre el ruido del mundo el perro de la confianza aguanta el azote.
domingo, 7 de febrero de 2016
sábado, 6 de febrero de 2016
viernes, 5 de febrero de 2016
miércoles, 3 de febrero de 2016
martes, 2 de febrero de 2016
La alegría es contar con una librería que tiene el sector de poesía en la parte del medio de la estantería (qué feo eso que hacen otras librerías de poner siempre los libros de poesía en el estante más bajo contra el piso). La recomiendo absolutamente. Si estás cerca de San Miguel, Muñiz, Bella Vista, y estás buscando libros de poesía, date una vuelta por Saint Exupery. Quieren a la poesía, a los poetas, a los lectores y por si fuese poco, Tito y Pachu son libreros de alma.
lunes, 1 de febrero de 2016
Nos faltó llorar
sobre la nieve, dice Eulalia. Si hubiésemos podido llorar sobre la nieve, hacerlo
bien, usando todo el tiempo que el cuerpo necesite estar sentado sobre una piedra
blanca, mirándonos en paz las zapatillas, mirando cada lágrima caer sobre la
nieve, la sal haciendo espacio, horadando lo suave de una nieve reciente, el
pasto verde abajo dormido como un oso, llorar hasta el silencio, hasta tocarnos
los bordes de la pena para saber si aún duele, llorar hasta cansarnos de llorar
o morirnos, ah, dice Eulalia, no hay lastimadura que resista una ceremonia tan
terrible y tan santa.
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