lunes, 10 de agosto de 2015

Estoy absolutamente feliz con el taller de poesía que estamos haciendo en Saint Exupéry. Desde que empezamos, todos los sábados nos tocaron con lluvia. Lluvia y mate cebado por Tito. Mate y poesía elegida con deleite. Poesía y trabajo de cada uno que viene a traer lo mejor de sí (y escribe, lee y corrige) Nada detuvo el motor que nos mueve: la celebración del asombro y la generosidad en todas sus formas, lo mejor de la vida.

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