sábado, 5 de julio de 2014


Como si todos se hubieran concedido
el pavor de haber amado mucho.
Amado hasta la tela de los huesos.
Amado hasta alumbrarse, hasta romperse.
Hasta la última palabra o  la indecible.
Y ahora, nadie se amara más.
Ni hablaran más de amor.
Y me quedara sola
parada en plena calle
con todos los amores
que ya nadie reclama.


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