Hace tanto el calor en Buenos Aires
que los pájaros se bañan
en la tierra reseca de los canteros
porque hierve el agua
que se junta en los
cordones.
No hay bebidas frescas
en los supermercados
porque colapsa el sistema eléctrico.
Las niñas se desintegran
adentro de sus polleras de lana
porque los colegios privados
tienen un frío escocés en la cabeza.