Vengo del intento.
He anudado una sábana a otra sábana
y no logro llegar al árbol.
La única forma de salvarse
es escapar
de los amores mediocres.
Puedo decirlo así o decir:
fui consecuente con la belleza,
como parecía amor, lo nombré amor.
Y me llamaron
como si el amor fuera verdadero.
Es cierto,
a veces soy yo quien lo imagina
pero otra veces, no.
Otras veces,
ocurre que me llaman
como si el amor fuera
una verdad sin desperdicios.
Yo lo escucho.
reconozco las notas al amanecer
y me ofrecen miseria sobre el prado.
Vengo del intento.
Quiero ser la pasajera que salta,
pero ahora
como una bestia dolorida
no logro levantarme.
No me importa.
También los pájaros ensayan su canto bajo la lluvia.
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