Mi amiga Natalia Longobucco sabe que junto lápices negros.
Los junto, los uso y siempre llevo uno en la cartera.
He regalado lápices negros en señal de admiración.
Hoy Natalia me dio de regalo un lápiz negro y un señalador que me trajo desde La Chascona, la casa que Pablo Neruda le construyó a Matilde Urrutia, en Santiago de Chile.
Mi colección de lápices negros esta noche no duerme de la alegría.
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