El taller abierto y gratuito que
hicimos ayer en la librería Saint Exupery de Bella Vista fue mágico. Regresé a
mi casa de Muñiz con la alegría de haber recibido mates, asombro, sonidos,
formas de mirar, silencios, nudos en la garganta, la belleza de abrir una
puerta y encontrar a alguien que espera. Me sigue acompañando la misma certeza:
el acceso a la poesía es un hecho de justicia.
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