Desde hace unos días el blog no me deja publicar sin poner títulos. Me molesta. Pensé en poner un punto en el lugar del título. Pero un punto también está diciendo algo. Prefiero el silencio. Así que hasta que se me ocurra qué poner para cumplir con la exigencia del blog, pondré el primer verso o la primera palabra del poema en su lugar. Pero no es el título. Hace que es el título. Qué va a hacer. Esasí.