Encontrar el movimiento. Recuerdo a mi hija recién nacida.
Acercarme en silencio para sentir el movimiento de la sábana que seguía a su
respiración. A ella y a mí nos tranquilizaba.
La belleza está en encontrar el pequeño movimiento, el inaudible,
el indecible vaivén de algo que es capaz de girar el mundo.