Entre tu falda y mi mano
hay una tarde de siesta
donde mi madre se duerme
y se prepara la fiesta.
Hay una luna sin cama
entre tu mano y mi falda
donde me besas la boca
y te imaginas mi espalda.
Entre mi falda y tu mano
hay una tela escocesa
y una monja que me mira
diciendo a todos, es ésa.
Es una suerte tan grande
no haber tenido un hermano
uno menos que vigila
entre mi falda y tu mano.