Desvísteme.
Una a una las prendas que se caigan
puedes hacerlo a través de la mirada.
Yo te entiendo.
No hay breteles que entorpezcan el camino.
La dulzura debe entrar
en tus dos manos.
Desvísteme al mirarme que no hay nada
que te impida verme como quieras.
Todo puede ser si te lo dices.
Dios me hizo ante todo, buena.