Los papeles azules
sirven para guardar
las prendas más amadas.
Evitan que a la ropa
el tiempo le haga huellas
redondas y amarillas.
Un vestido quitado
sin las manos,
con besos,
con los labios
que aprietan
tironeando de a poco
una manga que baja,
que se suelta
y que sube,
un poquito
y de nuevo
hay que intentar,
que se escapa,
se deja,
un escote que cede,
una falda que cae
contundente en el piso,
tan cómplice, tan buena,
un vestido de ésos,
en fin,
en fin,
usted me entenderá
requiere doble vuelta
de papel azulado.
© La gracia de las gatas.Cecilia Pariso, 2012.