miércoles, 9 de octubre de 2024

Apuntes sobre escritura

 20.


Podemos reconocer, como mínimo, dos etapas en la escritura de un poema: una que es predominante emocional, creativa, donde todo el cuerpo nos pasa por la mano que escribe. La verdad es que, al menos en mi caso, es el espacio donde experimento el mayor grado de libertad. Intento que nada turbe esa pulsión, que nada la inhiba, que nada la condicione. Habrá poetas tocados por los dioses que no necesitan pasar a la segunda etapa. Pero, queridos míos, la mayoría de los mortales necesitamos trabajar duro y pasar a la etapa de corrección del poema. Aquí sí, somos fríos, astutos, impiadosos. Disfruto tanto esta etapa. Aquí se tacha, se  agrega, se mide, se destruye, se edifica. Si el texto sobrevive, hay que dejarlo descansar. Que la precisión en los cortes que hayas hecho determinen que el poema, leído tiempo después, si no se ha vuelto una granada con la capacidad de explotar,  se parezca, al menos, a una flor carnívora.






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