Ojalá el año próximo pueda publicar Final francés, ya es hora.
Mientras tanto, te cuento cómo empieza:
1
Has dado poco amor.
Es cierto, y también
es cierto
que otra vez
alguien te amó
y amaste tanto
que el asombro te hizo dudar
sobre la existencia de la muerte.
Y hubieras querido amanecer
en los días tibios bajo la parra
muchas veces al día.
Amanecer diez, veinte, treinta veces,
abrir los ojos y gritar:
¡Por fin la suavidad sobre las hojas,
la victoria esperada de los brotes,
el verde furioso en los racimos!
También yo fui así de feliz.
También yo dormí bajo la parra.
Y guardé.
Hay que guardar ese alimento,
flor iluminada del hospicio,
porque ya ves,
acá estamos:
solos como antes,
no: más solos que antes,
desconcertados,
despiertos a las dos de la mañana,
tratando de entender
el vínculo amoroso.
tan hermosos poemas, Valeria! hay que saber guardar ese alimento, sí. Gracias por compartir tu escritura
ResponderEliminarMuchas gracias, Claudia!
ResponderEliminarMaravilloso Valeria!
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