Por una vez la suerte estuvo de mi lado.
De noche tu nombre se hacía grande
y lo podía todo. Jamás imaginé que esto también.
Fue pura suerte digo que compartas conmigo
tu idea de no seguir amando
tu idea como algo previo al hecho,
determinarlo así como quien dice
voy a comprar una llanta para el auto.
Cómo agradecerte que llegue así, sin traición,
un desamor premeditado
en medio de las manos que aún se tocan,
un golpe de suerte que me aleja del fuego
antes de que mi cuerpo
se pulverice.
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