¿De qué ternura
guarda tu memoria
la fiesta del
silencio?
Todo tu cuerpo contra
el muro
y nada: no se
rompe, no se cae.
Otra vez, por
vigésima vez:
todo tu cuerpo
contra el muro
y nada: no hay
derrumbe.
Se acaba el mundo
y el muro sigue ahí,
tu cuerpo sigue
ahí y en tu silencio
seguís abrazado a
algo pequeñito
que sonríe.
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