Al final/ mezclaste la ausencia con un resplandor de media tarde/ Ahí fue cuando el corazón no entendió nada:/ ¿era un viento de ir o de venir?/Con dos o tres palabras que nunca fueron dichas se interrumpió de golpe la belleza. / Así no se puede esperar/ pensaron los marineros que extrañaban a sus mujeres tan lindas como los puertos/ hay cosas que no se mezclan nunca: el resplandor de media tarde con la ausencia/ la espera con el hambre/ el apuro con la quietud de un pájaro que se pudo dormir/ Así fue como vos/ seguiste enamorado de tu ausencia/ y yo me quedé/ con la totalidad de la palabra no.
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