miércoles, 24 de octubre de 2018


Querido, tu último gesto de rechazo creció y ya es un árbol. Voy a agradecértelo por siempre. Ninguna palabra posterior pudo agregar una flor blanca.  Dejame dormir hasta tarde. Ya sé que pasaron varios días y sigo en cama.  No prendas las luces ni cantes para mí. No me alimentes. Quiero dormir bajo la sombra de este árbol extraño que me diste. Si todo sigue así, cuando crezca mi cabello, no sabrás que fui yo la que cayó de la rama más alta.






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