miércoles, 22 de febrero de 2017


Estoy armando una selva del otro lado de la ventana. Sobre el cemento y las rejas de hierro crecen cactus, suculentas, jazmines trepadores, begonias altas, claveles del aire, hiedras que se adhieren a la pared. Pienso en la fuerza de lo nace. Cada día, algo despunta y sube. He negado mil veces el desierto y me he reconciliado con él: cada centímetro que cede, crece una hoja. Así aparece la fe.


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